19/12/07

Casa Michoacán de los guindos

Corría el año 1934, en el Madrid convulsionado por la guerra civil a poco tiempo de estallar, en alguna de las reuniones políticas de la época, la argentina María Delia del Carril conoce al chileno Pablo Neruda e inician una relación amorosa que los mantiene unidos por los siguientes dieciocho años.
La considerable diferencia de edad, siendo ella mayor en 20 años (ella tenía 50 y él 30), fue sobrepasada por la pasión artística de ambos, pues María se dedicaba a la pintura y escultura, además ayudaba al poeta a corregir sus escritos y por supuesto a luchar por el Partido Comunista imperante. De esta forma, por su gran capacidad y energía, Delia es bautizada a partir de entonces como “La Hormiga”.
Sus vidas estuvieron marcadas por una serie de viajes donde conocieron a figuras muy importantes que colaboraron en su desarrollo personal y profesional, en uno de los traslados ella se dirige a París para la publicación de un libro, y es en 1955 cuando Neruda termina definitivamente la relación conviviendo con Matilde Urrutia. Así, esta singular mujer, que ya se acercaba a los setenta años, supera el duro golpe que le produjo el engaño y el ocultamiento que las amistades hicieron de esa relación y dirige el resto de su vida a perfeccionar sus habilidades artísticas, muriendo el 26 de julio de 1989 en Chile a los 105 años.
La inolvidable relación amorosa y el duro trabajo de Delia, tienen hoy en Santiago un lugar que es cómplice de esta historia, se trata de la casa de convivencia de estos artistas “Michoacán de los Guindos”, nombrada por el poeta de esta forma debido al estado de México que tiene este nombre, además por las clásicas flores de guindos del territorio donde se ubicaba.
Exactamente en 1937, después de muchos viajes, Delia y Pablo se instalaron en este gran terreno, ubicado actualmente en Avenida Lynch nº 164, La Reina, tomando la tendencia poblacional de ubicarse en la parte plana de la ciudad hacia la cordillera, acompañados de hermosos paisajes rurales, repletos de árboles frutales, flores y arbustos propios de la zona.

“El gran homenaje a Delia del Carril, la mujer comprometida y la artista solidaria, lo comenzaron en 1998 escritores, artistas, pintores, actores y en general el mundo del arte santiaguino, que se unieron para impulsar la vieja idea de reconstruir Michoacán de Los Guindos y ahí crear un espacio para las manifestaciones artísticas independientes y tradicionales de la capital chilena. Importantes mecenas permitieron iniciar las primeras labores de restauración y limpieza de esa propiedad que Luis Corvalán, entonces secretario del Partido Comunista, heredó a la comunidad artística al morir Delia. Los responsables del proyecto también se ocuparon de limpiar de malezas y basura el lugar que llevaba más de una década abandonado. Hoy la Casa de Arte y Cultura Delia del Carril tiene abierta nuevamente sus puertas para continuar la labor de su última y centenaria moradora”.

Actualmente la Casa Arte y Cultura Delia del Carril es utilizada como un centro de eventos donde se realizan numerosas actividades como matrimonios, bautizos, celebraciones, obras de teatro, velorios, etc.

En el año 2006 aquí fueron velados los restos de Francisco Copello como un evento íntimo organizado por artistas cercanos, amigos y familiares.